Coordinan: Rodrigo Pérez Artica y Pablo Manzanelli (Universidad Nacional del Sur, CONICET)
El propósito de este simposio es generar un
espacio de intercambio acerca del fenómeno de financiarización de empresas
dedicadas a la actividad productiva (o no financiera) en América Latina, sus
causas, sus repercusiones sobre la acumulación de capital en general.
Pese a su importancia (de la que damos cuenta abajo), no abundan trabajos que se propongan un estudio en profundidad de este exceso de fondos invertibles por sobre la acumulación efectiva de capital, experimentado por el sector de grandes firmas en Argentina en particular, ni América Latina en general, ni sobre sus causas.
En los últimos años se han documentado numerosas
experiencias de financiarización de grandes empresas productivas en países
desarrollados. Por empezar, una ingente acumulación de `fondos no invertidos´
bajo la forma de liquidez tuvo lugar entre las firmas no financieras de varios países
desarrollados desde 1980, proceso que ha sido ampliamente estudiado, en
especial para el caso norteamericano. Inclusive, en la última década una serie
de trabajos registraron una persistente superioridad del Ahorro Bruto por sobre
la Formación Bruta de Capital del sector corporativo no financiero (FMI, 2006,
OCDE, 2007). La posición financiera neta de este sector se tornó positiva (algo
inusual a la luz de la historia previa) y tendió a crecer en un gran número de
países de la OCDE. Un estudio acerca de las posibles causas de este proceso se
ofrece en Pérez Artica (2013). Allí se sugiere que, al menos en parte, este
fenómeno es resultado de los procesos con los que el empresariado logró elevar
la rentabilidad del capital y reanimar la acumulación después de la profunda
crisis de mediados de los ´70.
En Argentina, por su parte, aún cuando las
ventas, utilidades y otros factores de estímulo a la inversión atravesaron una
veloz recuperación desde 2002 hasta 2009, la acumulación de capital de las
grandes empresas mostró diversos signos de debilidad. Entre ellos, la inversión
bruta de las grandes firmas se mantuvo, a lo largo de todo el período
2002-2009, en valores considerablemente inferiores al monto de ganancias
invertibles. Los datos de la Encuesta Nacional a Grandes Empresas (ENGE)
proveen un indicio de la magnitud de este desbalance entre los fondos generados
internamente y la inversión bruta realizada para las 500 firmas de mayor
facturación: el ratio promedio de utilidades a valor agregado en 2002-2009 fue
de 31%, mientras que la tasa de inversión bruta promedio para el mismo período,
apenas de 14%. Más aún, para el caso de las firmas manufactureras, la inversión
bruta estuvo por debajo de las ganancias netas obtenidas durante todo el
período (Aspiazu y Manzanelli, 2011, Manzanelli, 2011). Aunque hasta el momento
este exceso de fondos invertibles sólo ha sido identificado para el conjunto de
las grandes firmas, su relevancia macroeconómica es indiscutible. Acaso el
indicio más elocuente de esa gravitación sea la financiarización de estos
excedentes mediante la formación de activos externos realizada por estas
empresas y la elevada proporción de utilidades remitidas al exterior por parte
de las firmas de origen extranjero, que constituyó un factor sobresaliente de
demanda de divisas y deterioro del sector externo al menos hasta 2011.
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